domingo, 27 de diciembre de 2015

No pedir nada es pedirnos demasiado

Hay detalles que solo podemos ver si rebuscamos en algún recuerdo.
Resulta que en el momento no nos damos cuenta, pero están ahí. Ahora me pongo a pensar y me da pena. "Te quiero" decías con la boca sellada. Yo no lo entendía y tu suspirabas. Al tiempo supongo que te quedaste sin aliento de tanto repetir ese gesto y me abandonaste cansado. Pero ahora lo entiendo, aunque tarde, lo entiendo.
Sigo viajando en la estela que dejamos aquella tarde perdida entre tantas otras, y nos veo a los dos en mi portón pasando el rato contándonos chorradas. Menuda tonta. ¿Cómo no me di cuenta de la forma en la que me mirabas? Ni si quiera note como el corazón te daba un vuelco curando se rozaban nuestras manos, ni como se te ruborizaron las mejillas... Seguía sin escucharte cuando tú tan solo me gritabas a sonrisa viva, "¡Que te quiero!" 
"Y yo a tí" le susurro a mi almohada cada noche. Pero eso no sirve de nada, claro. Estas demasiado lejos, ya ni en sueños te alcanzo y en los tuyos me olvidas. Eres mi tormentosa pesadilla.
Nunca me pediste nada , pero igual no pedir nada es pedirnos demasiado. 
Siempre esperamos una recompensa por pequeña que sea.
Cuanto dolor me causa no haberte cogido la mano y así haber recargado tus suspiros...tus ganas...la paciencia que se agotaba... Tan solo un poco más, hasta que  al menos me diera cuenta de que sí, maldita sea;
¡Era mutuo!

jueves, 10 de diciembre de 2015

Aferrarme

No entiendo nada

Que mi realidad se limite a lo que siento,
Pillarte mirando y que se me corte el aliento.

No entiendo nada

Si por el día no duermo
Y sin quererlo te sueño
Por la noche más cansada
No sueño y te recuerdo.

Podría dejar atrás esto que duele
Podría... (intención vacía).

Pero me niego,
Y sigo sin entenderlo.

Le echo un pulso al olvido
Que se aviva con el tiempo.
Es tan solo aferrarme,
Hacer de tu sombra mi templo,
Luchar por engañarme.

Desechar entonces lo vivido
Todo momento que no estuve contigo.

Refugiarse en la ilusión
Vana esperanza
Sin sentido y descabellada
De tus manos en mis manos heladas.



domingo, 6 de diciembre de 2015

Resaca


A veces beber de amor excediéndose no es nada bueno.
“¡Si cuanto más quieras mejor! ¡Ya verás que bien se siente enamorado!” –te dirán por ahí. Y es cierto. Vas a sentir el mayor subidón de tu vida. Solo querrás reírte, todo te importara poco y el tiempo pasara volando y te cederá sus alas. Siempre a mil por hora, con el viento en contra y las ganas de ir más rápido a favor. Incluso se te pondrán las mejillas coloradas. Vas a hacer el tonto y lo harás siendo feliz.
Pero claro. Luego se acaba la botella.
 Aún no es para tanto, aún están esas magnificas sensaciones a flor de piel. Aún tienes los pelos de punta y ese calor acogedor por todo el cuerpo… Cada vez más sutil… Al día siguiente, resaca.
Más te gustaría que solo fuera un dolor de cabeza. Ojala fuera tan fácil como vomitar y echar lo que por dentro te desgarra. Que presión en el pecho tan desagradable. Maldito frio en pleno agosto que me engarrota los nudillos. Es frustrante, esa es la palabra. Y que remedio, lloras.

Igual el amor no te destroza el hígado, pero si el corazón.