jueves, 21 de enero de 2016

Poquito a poco

Igual no es querernos más a nosotros mismos, es querernos mejor. Que ya sabemos que mucho y mal no sirve de nada pero que poquito y bien ya es otra cosa. Puede que así, poquito a poco, seamos más felices.
Es tan fácil como mirarte al espejo y verte más guapo. Eso o aguantarte las ganas de romperlo por no aumentar tu mala suerte inventada. Porque la suerte no existe, es cosa de actitudes y quien se odia tiene una y muy mala.
Simplemente es levantarse y ser mejor, darlo todo para que el esfuerzo no se quede en nada.
Que no exista el que dirán.
Así que ahí quieto en la oscuridad mientras te lamentas compadeciéndote de tu desdicha, por verte fallos irremediables y culpándote sin perdón con cabezazos sin sentido contra un muro de mentiras, recuerda. Recuerda que a unos pasitos hay un interruptor y que solo estas bajo las sábanas soñoliento. Recuerda que somos un cúmulo de problemas por pensar demasiado cuando a veces hay que sacar la cabeza por la ventanilla de un coche que va donde sea pero lejos. Sin replantearse nada. Gritando, gritando de júbilo.
Y si alguien te mira raro sonríele con una sonrisa despojada de todo complejo.
Que sea porque te has despertado un poquito más guapo, un poquito mejor y un poco más tú y sin tus demonios.

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